Cuqui Córdova
Nuestro protagonista abrió sus ojos por vez primera en fecha lunes 25 de octubre de 1971, con el nombre de Pedro Jaime Martínez, en la ciudad de Santo Domingo, penúltimo hijo de Paulino Jaime Abreu y Leopoldina Martínez. El lugar donde nació y se crió se sigue llamando “Manoguayabo”, una comunidad pobre y allí un hermano suyo le puso el apodo de “Enyo”, nombre este que recuerdan sus amigos de aquellos principios de su vida, cuando todo era distraerse y gozar entre la chiquillada.
Pedro, desde bien temprana edad, dio muestra de su inteligencia; era rápido de mente, muy inquieto, y pensó ya -con más años- estudiar Medicina, pero el béisbol lo envolvió y se dedicó por completo a practicar la disciplina de los bates y las bolas, lo que conocemos por “baseball”.
Para 1984, el hijo de Manoguayabo se inicia jugando a la pelota, bajo el cuidado del instructor Ruddy Ramírez y en 1986 ingresa al equipo Los Cachorros de Manoguayabo, dirigido por Enrique Mojica, en la categoría sénior. Jugando para esta liga no le fue muy bien y hubo un día que rompió a llorar sobre el terreno, desesperado porque ansiaba victorias y no derrotas.
En 1987, el criollo se une al equipo de los Reales de San Miguel, que dirigía Nicolás Suárez. Se cree que fueron sus tiempos más brillantes antes de pasar al profesionalismo. Por estas fechas su equipo participó en 16 partidos, y solo ganó las ocho veces que Pedro lanzó.
Enyo comenzaba a enseñar categoría, su pitcheo era dominante, velocidad y control, y su hermano Ramón, que ya era un estelar como pitcher de los Esquivadores de Los Ángeles, le ayudaba, transmitiéndole su experiencia y conocimientos.
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